Lo más curioso de Marcos es que, considerándose un “blogger quemado”, todavía tiene la capacidad de escribir para contarlo
¡Le envidio!
Creo que todavía tenemos Marcos para rato. Sólo es cuestión de tomarse las cosas con calma… y a ver si yo me pongo manos a la obra que hace casi un mes que no escribo nada.